martes, 20 de octubre de 2009

Régimen previsional para trabajadores autónomos: inquietud y dudas sobre su continuidad.

Según los últimos registros de la Administración Federal de Ingresos Públicos, en el último año el número de autónomos aportantes se redujo en casi un 13 %, circunstancia que obedece, entre otras razones, a la caída de la actividad económica, pero también a las características del sistema, que lo torna caro y de beneficios reducidos.

En efecto, el trabajador independiente debe aportar la parte patronal (16%) y la del empleado (11%) más la contribución al PAMI (5%), lo que suma un 32 %, que se calcula sobre una renta presunta mensual baja - con relación a los ingresos reales - para no encarecer aúm más el sistema. Por otro lado, el considerar como base de cálculo una renta presunta mensual baja, determina que el beneficio jubilatorio sea también bajo, por lo que, más allá de la categoría, casi todos los jubilados por este sistema perciban un haber mínimo. Deciamos que, además de caro, otorga al aportante beneficios reducidos: a diferencia del trabajador en relación de dependencia, el autónomo no percibe asignaciones familiares, no tiene cobertura de obra social, ni seguro de desempleo y no está cubierto en riesgos del trabajo. Según un reciente estudio de la OIT y del Ministerio de Trabajo, los trabajadores autónomos aportan porque resulta obligatorio, pero no resultan “seducidos” por los beneficios que el sistema promete.

La situación reseñada permite concluir que, de continuar la gran evasión y la emigración de los aportantes a otros sistemas (monotributo, cajas profesionales, etc.), el sistema terminará por desaparecer o quedar restringido a un grupo de empresarios, que pueden sostener el aporte, pero que, a la postre, no necesitan del beneficio jubilatorio o de la cobertura que pudiera ofrecerles el Pami.

Sin duda, otro tema pendiente en la nutrida agenda de la Seguridad Social.

Fuente: clarín.com / 19.10.09

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